Snapple vuelve a brillar con “Snapsolutely Refreshing

Snapple relanza su identidad con “Snapsolutely Refreshing”, una campaña nostálgica y moderna que conquista Nueva York.

Una marca que marcó generaciones

Durante más de 50 años, Snapple ha sido parte de la memoria colectiva en Estados Unidos, con un pico de fama en los años 90. Hoy, la marca de jugos y tés entra en una nueva etapa con “Snapsolutely Refreshing”, una plataforma creativa que refresca la categoría que ayudó a construir.

El enfoque combina nostalgia y modernidad para reintroducir la marca a audiencias jóvenes sin perder su esencia: sabor auténtico, cercanía y un guiño a su legado neoyorquino.

El reto: una categoría saturada

En un mercado donde abundan las promesas de adaptógenos, “mood boosters” y beneficios para la microbiota, Snapple elige un camino directo: a veces, solo quieres algo que sepa bien. “Snapsolutely Refreshing” funciona como un antídoto ingenioso y flavor-first ante el ruido funcional.

El tono es ligero y cómplice con el consumidor: reconoce la presión por “optimizarlo todo” y reivindica el placer simple de un sabor memorable.

Nueva York, el lanzamiento perfecto

Nacida en Nueva York y querida por generaciones de la Costa Este, la campaña arranca con un citywide takeover que devuelve a Snapple a su hábitat natural. La presencia cubre subway cars en todas las líneas, bodegas y newsstands, además de OOH icónico en Penn Station, Madison Square Garden y Times Square.

La ciudad no solo es un símbolo: es una decisión estratégica. Cerca del 40% del consumo de la marca proviene de la región Este, lo que convierte a NYC en la pista de despegue ideal para esta nueva etapa.

Objetivo: reconectar con los jóvenes

El plan creativo busca introducir la marca a nuevos consumidores, usando humor y claridad en un entorno visualmente recargado. El mensaje: Snapple entiende el contexto, pero su prioridad es el placer del sabor.

La ejecución combina piezas exteriores de alto impacto con formatos cercanos al punto de compra (bodegas y kioscos), maximizando alcance y recordación en la rutina diaria del neoyorquino.